El
obispo Ruiz, por el pluralismo teológico
René
Arteaga/enviado
NAVENCHAUC, Chiapas, 14
de agosto de 1978.- Samuel
Ruiz, obispo de San Cristóbal de Las Casas, partidario del pluralismo teológico
dentro de la Iglesia, afirma al reportero que los Evangelios, la palabra de
Dios, llaman a la liberación del hombre a cambiar la sociedad, a transformar el
reino terrenal en el mundo de la justicia.
Dice que a la hora del Juicio Final, cuando nazca la
eternidad, muchos serán preguntados si dieron o tuvieron pan, si ofrecieron o
tuvieron justicia y que sólo a partir de entonces terminará la historia.
Rodeado de indígenas tzotziles, en este día de la
confirmación “cuando ustedes eran niños y fueron bautizados sólo podían llorar
y ahora que refrendan su compromiso con Dios ya tienen la palabra en la boca”
-el obispo habla de la próxima reunión de obispos en la ciudad de Puebla y
asegura que “será buena”.
La iglesia, construida en el cuenco del valle, ahora
lleno de gallardetes, cohetes y de niños que estrenan ropa nueva, de pies descalzos
lavados con jabón, ha sido alfombrada con ramas de pino y un aire frío se
encarga de darle al ambiente mucho de recogimiento y de alegría pastoral.
-¿Será Puebla un paso adelante o atrás de Medellín?
-No soy profeta.
-Pero su opinión es valiosa.
-Bueno. Siempre hay tensiones, como las hubo en el
Concilio y como las hubo en Medellín. En Puebla hay expectación. Pero el mundo
ha cambiado. Por ejemplo, usted, le aseguro que hará unos años iba al futbol y
nunca llegaba a un pueblo como este a buscar al obispo.
“El Concilio abrió cauces para buscar una expresión más
plena, para llegar a la reflexión madura. El pensamiento teológico se diversifica.
Se establece un pluralismo teológico.
“Es cierto que hay una unidad dogmática pero existe una
diversificación teológica”.
-América Latina vive horas de dolor y lágrimas. ¿Qué hace
la Iglesia?
-Lo que hicieron los profetas. La tarea no sólo es ayudar
sino dar un mensaje, un mensaje de liberación.
“Jesús dijo en su sinagoga de Nazareth que venía a anunciar
el Año de Gracia, el Año Sabático, los que debían ya no tenían que pagar. Eso
era contra la acumulación de riquezas. La tarea del cristiano, la tarea
cotidiana, es construir una sociedad liberada. Ese es nuestro anuncio”.
-¿No hay allí convergencia con el socialismo?
-La convergencia se da en el hombre, pero no en cualquier
hombre, sino en el que sufre. Yo no puedo amar a Jesús si no amo a mi prójimo
cuando sufre. Y este amor no es beneficencia. El que no ama a su prójimo no ama
a Dios.
Navenchauc, en maya. Casa del rayo, en español. Esto es
el pueblo. Hay fiesta y la entrevista concluye cuando la banda de ejidos se
arranca con “la Canción del Agrarista”, mientras la marimba espera para
responder con un rascapetate.
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