Su vida


Periodista latinoamericano nacido en El Salvador el 20 de abril de 1928 y fallecido en México el 22 de octubre de 1978.

En El Salvador se hizo maestro normalista y formó parte, junto con Roque Dalton, Otto René Castillo, Ricardo Bogrand, Manlio Argueta y otros autores, la Generación Comprometida.

Vivió el exilio en Guatemala donde colaboró con Jacobo Árbenz y participó en la resistencia armada contra Carlos Castillo Armas y de ahí tuvo que salir a su otro exilio: México.

Ya en México, donde estudió letras con Rosario Castellanos y Jaime Sabines, fue reprimido como periodista al defender la huelga del entonces periódico Zócalo.

René Arteaga colaboró en varios medios informativos como Excélsior, El Popular, Notitrece, entre otros y fue fundador de El Día, de la edición vespertina de El Diario de México y de la cooperativa Uno más Uno, donde escribió hasta el momento de su muerte.

Al final de sus días también fue catedrático de periodismo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

domingo, 22 de diciembre de 2013

Ante las horas de dolor y lágrimas que ya se vivían en América Latina hace más de 35 años, el periodista René Arteaga le preguntó al obispo Samuel Ruiz sobre lo que hacía la Iglesia. "Dar un mensaje de liberación"; esa fue la respuesta de quien creía que los Evangelios llaman a "transformar el reino terrenal en el mundo de la justicia". En esta entrevista que le hizo René Arteaga en Navenchauca, Chiapas a Don Samuel, el obispo hablaba de una diversificación teológica donde no cabía el amor entendido como beneficencia, en cambio hablaba de la convergencia del hombre con el que sufre.



El obispo Ruiz, por el pluralismo teológico

 
René Arteaga/enviado
 
NAVENCHAUC, Chiapas, 14 de agosto de 1978.- Samuel Ruiz, obispo de San Cristóbal de Las Casas, partidario del pluralismo teológico dentro de la Iglesia, afirma al reportero que los Evangelios, la palabra de Dios, llaman a la liberación del hombre a cambiar la sociedad, a transformar el reino terrenal en el mundo de la justicia.
 
Dice que a la hora del Juicio Final, cuando nazca la eternidad, muchos serán preguntados si dieron o tuvieron pan, si ofrecieron o tuvieron justicia y que sólo a partir de entonces terminará la historia.
 
Rodeado de indígenas tzotziles, en este día de la confirmación “cuando ustedes eran niños y fueron bautizados sólo podían llorar y ahora que refrendan su compromiso con Dios ya tienen la palabra en la boca” -el obispo habla de la próxima reunión de obispos en la ciudad de Puebla y asegura que “será buena”.
 
La iglesia, construida en el cuenco del valle, ahora lleno de gallardetes, cohetes y de niños que estrenan ropa nueva, de pies descalzos lavados con jabón, ha sido alfombrada con ramas de pino y un aire frío se encarga de darle al ambiente mucho de recogimiento y de alegría pastoral.
 
-¿Será Puebla un paso adelante o atrás de Medellín?
 
-No soy profeta.
 
-Pero su opinión es valiosa.
 
-Bueno. Siempre hay tensiones, como las hubo en el Concilio y como las hubo en Medellín. En Puebla hay expectación. Pero el mundo ha cambiado. Por ejemplo, usted, le aseguro que hará unos años iba al futbol y nunca llegaba a un pueblo como este a buscar al obispo.
 
“El Concilio abrió cauces para buscar una expresión más plena, para llegar a la reflexión madura. El pensamiento teológico se diversifica. Se establece un pluralismo teológico.
 
“Es cierto que hay una unidad dogmática pero existe una diversificación teológica”.
 
-América Latina vive horas de dolor y lágrimas. ¿Qué hace la Iglesia?
 
-Lo que hicieron los profetas. La tarea no sólo es ayudar sino dar un mensaje, un mensaje de liberación.
 
“Jesús dijo en su sinagoga de Nazareth que venía a anunciar el Año de Gracia, el Año Sabático, los que debían ya no tenían que pagar. Eso era contra la acumulación de riquezas. La tarea del cristiano, la tarea cotidiana, es construir una sociedad liberada. Ese es nuestro anuncio”.
 
-¿No hay allí convergencia con el socialismo?
 
-La convergencia se da en el hombre, pero no en cualquier hombre, sino en el que sufre. Yo no puedo amar a Jesús si no amo a mi prójimo cuando sufre. Y este amor no es beneficencia. El que no ama a su prójimo no ama a Dios.
 
Navenchauc, en maya. Casa del rayo, en español. Esto es el pueblo. Hay fiesta y la entrevista concluye cuando la banda de ejidos se arranca con “la Canción del Agrarista”, mientras la marimba espera para responder con un rascapetate.
http://es.scribd.com/doc/193183289/El-obispo-Ruiz-por-el-pluralismo-juridico

 

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